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Crisis en Podemos: fugas en la cúpula y choque con su marca en Valencia

Jaime Paulino, secretario general de Podemos en Valencia, y Jordi Peris, de València en Comú.

Voro Maroto

El Consejo Ciudadano Municipal de Podemos en Valencia, la dirección del partido en la ciudad, atraviesa su primera crisis. A la dimisión de cinco de sus miembros –una quinta parte- se suma el enfrentamiento con parte de València en Comú, el partido instrumental creado por Podemos, Guanyem y ciudadanos y movimientos de izquierda, para las pasadas elecciones municipales.

Según miembros del sector crítico, las cinco dimisiones –y la inactividad de otros miembros de la dirección, desaparecidos en la práctica de la vida cotidiana de la formación - se han producido por los problemas que aquejan al partido en gran parte de España: desmovilización de los círculos, imposición de las políticas decididas por la cúpula estatal y alejamiento del partido de las tesis de izquierdas defendidas en el nacimiento de la formación.

“Estamos en un momento crítico. Se está ‘desempoderando’ a las bases al tiempo que el mensaje del partido se difumina. Pocas de las medidas presentadas en el programa para las elecciones europeas de 2015 se defienden ahora”. Ese contexto justificaría algunas de las dimisiones producidas: las de Roberto Jaramillo, Aurea Ortiz, Sara Verdú, Andreu Tobarra y Noelia García.

Discusión sobre el dinero

En ese escenario, Podemos y parte de València en Comú (VALC) están discutiendo con fiereza por parte de los salarios de los miembros del equipo municipal del partido instrumental. Dos de los tres concejales (el independiente Jordi Peris y Jaramillo) y tres de los seis asesores (Ortiz, Ángela Pedraza y Eduardo Cots) se niegan a que parte de su sueldo vaya a financiar a Podemos. Alegan que el código ético de VALC exige que ese dinero vaya a fines sociales.

Otra concejal, la arquitecta María Oliver, y un asesor, Ximo Flores, ambos miembros del Consejo Ciudadano de Podemos, son de otra opinión. Creen legítimo dedicar parte de sus emolumentos –ningún cargo de Podemos puede cobrar más de tres veces el salario mínimo- al partido.

Jaime Paulino, secretario general de Podemos, niega la existencia de conflictos y rehuye afrontar el debate “con tremendismo”. “Seguro que llegamos a un acuerdo. No queremos quedarnos con todo el dinero [25.000 euros] sino con el excedente que algunos concejales y asesores [en referencia a Oliver y Flores] quieren dedicar al partido en perfecta consonancia con nuestro código ético, que lo permite”. Concretamente, del dinero que cederían parte iría a la organización y el resto a proyectos sociales.

“Ni veo enfrentamientos ni las diferencias son tan grandes como algunos apuntan”, dice Paulino, pese a las dureza con la que Peris y Jaramillo se negaron, en asamblea pública, a financiar con parte de sus nóminas a Podemos. El secretario general de Valencia recuerda que el partido ha funcionado hasta ahora sin un euro, en base al “voluntarismo” de sus simpatizantes, y niega cualquier crisis interna. “Las dimisiones se han producido por incompatibilidad de cargos, cansancio o puntuales discrepancias políticas, pero ni remotamente se pueden vincular a una crisis del partido”.

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