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La plataforma opositora a la ampliación del Puerto de València exige que no se use como moneda de cambio “la salud y la riqueza natural”

Cabecera de la última manifestación contra la ampliación del Puerto de València.

Carlos Navarro Castelló

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La Comissió Ciutat-Port, plataforma vecinal y ecologista opositora a la ampliación del Puerto de València, ha criticado el reciente comunicado de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en el que interfiere en el discurso de los grupos políticos e insta a no utilizar la ampliación norte del Puerto de Valencia como una “moneda de cambio” en las negociaciones de la próxima investidura al Gobierno Central.

Ante esta tesitura la plataforma ciudadana “no puede más que recordar a las autoridades valencianas que la salud y bienestar de sus ciudadanos y la defensa de nuestra riqueza natural, de nuestro territorio, es lo que verdaderamente no puede constituir una moneda de cambio al amparo de favores e intereses privados”.

 La entidad añade: “Una vez más, la oligarquía naviera, motivada por el enriquecimiento propio a toda costa y (en este caso) dando pábulo a una noticia falsa, no contrastada (fake, creada ad hoc para poder hablar sobre ella), ejerce su presión sobre los políticos valencianos (con el altavoz de algunos medios de comunicación por ella financiados), criminalizando la voluntad ciudadana y las necesidades sociales abiertamente expresadas en las multitudinarias manifestaciones cívicas contra la ampliación celebradas en 2021 y 2023 (la última, el pasado mes de junio, reunió a 20.000 personas)”.

Los argumentos de la patronal valenciana, añade la Comissió Ciutat-Port, “son reiterativos y falaces; una falsa promesa de creación de empleo que no va a ser más que temporal, puesto que la tecnologización portuaria destruirá alrededor de 500 puestos de trabajo; y la llamada a una hipotética inversión internacional, cuyos beneficios raramente repercutirán en la economía valenciana”.

Según la organización, “haría mejor la patronal valenciana en defender los intereses de la pequeña y mediana empresa, esa que genera empleo y riqueza real y que, para nada va a verse beneficiada por megaproyectos que sólo convienen a la élite empresarial y a las cúpulas políticas afines”.

Además, añade que “es conocido que el Puerto de Valencia cuenta con un 40% de espacio inutilizado, con lo que una ampliación en pos de los intereses de la multinacional que tributa en Suiza, MSC, únicamente implicará un aumento del uso de nuestra instalación portuaria como una mera estación de transbordo donde los contenedores cambiarán de barco en Valencia para ser transportados a otros puertos”.

Y. según la entidad, la principal consecuencia para los valencianos será “un aumento de la contaminación atmosférica y acústica por el incremento de tráfico rodado de camiones de mercancías, con la consecuente pérdida de calidad del aire que respiramos”. También conllevará “la destrucción masiva de la riqueza natural de nuestro territorio, de nuestras tangibles señas de identidad”, esto es, “las playas, la Albufera y la huerta, comprometiendo seriamente la salud y calidad de vida”. Y, todo ello, “con el fin de beneficiar a un sector empresarial elitista y minoritario”.

La Comissió Ciutat-Port ha reiterado su posición: “la ampliación del Puerto de Valencia debe no sólo suspenderse, sino incluso revertirse, porque no responde a ninguna necesidad real de la economía valenciana. La ciudadanía valenciana tiene una clara voluntad de decrecimiento en relación con la afectación del comercio internacional en su territorio, mostrándose como una ciudad a favor del comercio local y de proximidad a todos los niveles. Una idea más que necesaria en un contexto de crisis climática, que se muestra íntegramente incompatible con el auge los macroproyectos portuarios”.

Por ello, “la Comissió Ciutat-Port se opone a cualquier tipo de megaconstrucción que favorezca el comercio internacional, la deslocalización y el turismo irresponsable de los cruceros, pues la ciudad es de quien la habita”. En definitiva, “la voz de la Comissió es la de miles de personas que decimos basta a la injerencia de los intereses privados en la política local; es la voz de la ciudadanía que exige una ciudad limpia, una ciudad responsable y una ciudad sostenible”. Y por ello, “la ciudadanía ganará, porque, por encima de los intereses privados, está amparada por el sentido común y por la razón; y porque ya ha ganado en otras ocasiones a lo largo de la historia de los movimientos sociales valencianos”. La ciudadanía valenciana “no se deja agredir y recuperará el litoral de la capital como lo hizo con la dehesa del Saler, el cauce del Turia y tantas otras luchas justas”.

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