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Versatilidad, rentabilidad y paz social, puntos fuertes de Ford Almussafes ante el mes clave para un futuro que pasa por la electrificación

Una trabajadora de Ford camina entre automóviles aparcados en el exterior de la planta en Almussafes (Valencia), en una fotografía de archivo. EFE/Kai Försterling

Carlos Navarro Castelló

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La factoría de Ford en Almussafes en la que trabajan 6.000 personas de forma directa y que genera empleo de forma indirecta a otras 30.000 que operan en empresas proveedoras se juega su futuro este mes de junio, en el que la compañía debe decidir la estrategia que seguirá en Europa para abordar la transición de la movilidad motorizada a la movilidad eléctrica.

En concreto, la multinacional debe decidir entre la planta valenciana de Almussafes y la de Saarlouis (Alemania) para adjudicar la fabricación de sus dos modelos eléctricos, lo que aseguraría la viabilidad a largo plazo de la fábrica seleccionada.

No obstante, como informó elDiario.es, la compañía descartó el cierre de cualquiera de las plantas independientemente de la que se elija finalmente para fabricar vehículos eléctricos, aunque al mismo tiempo advirtió de que habrá recortes de plantilla.

Con todo, la viabilidad y la estabilidad a largo plazo siempre será mucho más fiable en la factoría elegida y en ese sentido, el reciente anuncio de la instalación de la gigafactoría de baterías de Volkswagen en Sagunt puede jugar a favor de la planta valenciana, ya que ambas compañías tienen acuerdos para facilitar sinergias en este sentido.

Pero además, la fábrica valenciana de Ford tiene otras muchas fortalezas que pueden ser determinantes. Según José Luis Parra, portavoz de UGT, sindicato mayoritario, “la estabilidad en la fábrica y tener un clima de paz social que garantiza UGT se valora mucho a la hora de afrontar una inversión de mucho calado y para un plazo considerable”

Además, considera que el acuerdo laboral alcanzado vinculado a que Almussafes sea la planta elegida debe ser “fundamental”, puesto que garantiza “el clima social para los próximos cinco años, en los que se debe producir una transformación importante tanto para la planta como para el negocio de Ford Europa, y que contempla aspectos de jornada laboral y salarial”.

Un acuerdo que además ha sido “respaldado y entendido por la mayoría de la afiliación de UGT que por otra parte es la mayoría de la plantilla, hecho que ha reconocido la dirección tanto europea como norteamericana”. 

Por su parte, Daniel Portillo, portavoz de Intersindical Valenciana, destaca que la planta “es más versátil, se han estado produciendo cinco vehículos a la vez con distintas variantes mientras que en otras factorías de Europa como máximo fabricaban dos”.

Portillo añade que la factoría de Almussafes “es mucho más productiva, se producen muchos más vehículos que en otras fábricas, y sobre todo es mucho más rentable, la mano de obra valenciana es un 30% más económica que la de los alemanes”.

De esta forma, asegura que “los puntos fuertes que tiene la fábrica de Almussafes son muy fuertes”, motivo por el cual el sindicato se ha mostrado crítico con el acuerdo laboral aprobado por UGT: “Siempre hemos criticado que para aumentar las posibilidades de que venga nueva carga de trabajo tengan que rebajarnos nuestros salarios y nuestros derechos, es algo que vemos un error y un ataque a la clase trabajadora después de tanto beneficio que les hemos dado año tras año”.

Nuevo marco laboral vinculado a la electrificación

El pasado 27 de enero, UGT, sindicato mayoritario, alcanzó un acuerdo laboral en Colonia con los directivos de la multinacional vinculado a que se eligiera a la planta valenciana para fabricar los nuevos coches eléctricos. En virtud de este acuerdo, se establecerían incrementos lineales no consolidables en las tablas salariales que suman 7.000 euros entre 2022 y 2025, y retornar al IPC en el año 2026.

En concreto, en las tablas salariales para cada uno de los cuatro años el aumento sería el siguiente: 1.000 euros en 2022, que se pagarían a la firma del acuerdo; 1.500 euros en 2023; 2.000 euros en 2024; y 2.500 en 2025. Se trata de un pacto a cinco años que está condicionado a que Ford asigne en junio la plataforma eléctrica de los futuros vehículos a la factoría de Almussafes.

La compañía advirtió pocas semanas después que descartaba el cierre de cualquierade las plantas, pero advirtió de que habrá recortes de plantilla. “Estamos siendo testigos de la mayor transformación que ha visto nuestra industria en más de 100 años (...). Para cumplir y optimizar nuestro plan debemos seguir optimizando nuestras operaciones en Europa. Independientemente de la planta que se selecciones en última instancia, es importante recordar que aún no se trata de una decisión de inversión de producto. Después de la selección de la planta, tendremos mucho trabajo por hacer para asegurar el producto en Europa”, dijo en un comunicado a los empleados.

A continuación añadió que “esto tampoco es una decisión de cierre de una planta”. De hecho, afirmó que están “buscando alternativas, futuras oportunidades para la planta que no sea seleccionada” y advirtió de que “esto tendrá que ser un esfuerzo que incluya múltiples partes, incluidos gobiernos locales y nacionales”.

Por último, avanzó que “es previsible que tanto Saarlouis como Valencia deban someterse a un redimensionamiento de su estructura actual”. La dirección de Ford Almussafes planteó este viernes 27 de mayo a los sindicatos la extensión del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) actual en diez o doce días, hasta el 31 de julio, para adaptar la producción a la situación de falta de suministros y a los problemas en el tráfico marítimo.

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