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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

La crisis de la OPE de Osakidetza vuelve al Parlamento y camina al ralentí en los tribunales

De arriba abajo y de izquierda a derecha, Darpón, Murga, Soto, Múgica, Greaves, Arcelay, Balerdi, Adán, Martínez, Macho, Sánchez, Obieta, Cabriada, Vega, Valero y Loma Osoria

Iker Rioja Andueza

Tras el parón estival, la crisis abierta en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) por las filtraciones de exámenes en las oposiciones médicas celebradas en 2018 ha vuelto a la primera línea informativa por una nueva dimisión en el equipo directivo de este organismo, la del subdirector de Recursos Humanos, Xabier Balerdi, que sigue a las de su superior, Juan Carlos Soto, la de la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, y la del propio consejero de Salud, Jon Darpón. En toda la semana, el Gobierno no ha ofrecido ninguna explicación al respecto. El esclarecimiento de lo ocurrido y la adopción de medidas para modificar el modelo de OPE, sin embargo, no avanzan a gran velocidad, al menos en esta fase. En el juzgado -cambio de instructora mediante- son ya cuatro meses con la investigación al ralentí y sin previsión de nuevas declaraciones de testigos o imputados y, en el Parlamento, la ponencia creada para mejorar el sistema de selección de personal celebra este lunes una de sus primeras reuniones.

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Tras la denuncia de la Fiscalía, las irregularidades en la OPE de Osakidetza acabaron en un juzgado de Vitoria y la instructrora Yolanda Varona asumió el caso. Varona inició los trabajos de investigación que cristalizaron cuando, a finales de mayo, justo después de las elecciones forales, municipales y europeas, desfilaron por el Palacio de Justicia los tres primeros imputados -médicos autores de exámenes de Angiología, Digestivo y Anestesia- y un puñado de testigos, incluida una Múgica que negó cualquier atisbo de responsabilidad de la Administración en lo ocurrido.

Pero el expediente se quedó en 'stand by' después de aquellas maratonianas jornadas de trabajo. Antes de las vacaciones, Varona dejó el juzgado al regresar a la sala su titular, Ana Jesús Zulueta, que había ocupado durante unos meses una plaza de refuerzo en una instancia superior, la Audiencia Provincial de Álava, por la carga de trabajo derivada del juicio por el mayor caso de corrupción conocido en Euskadi, el 'caso De Miguel', que casi monopolizó la actividad judicial en 2018.

Según varias fuentes judiciales consultadas, Zulueta aún no ha adoptado ninguna resolución en torno a esta causa. No hay ninguna comparecencia prevista a corto plazo -tampoco la de Balerdi y el resto de cargos de Osakidetza señalados por la Fiscalía en su preinvestigación- e incluso tiene pendiente de resolver algunas peticiones de las partes. El sindicato LAB, por ejemplo, ha pedido que se incorporen al sumario los exámenes para comprobar si realmente hay indicios de que se filtraron. Un testigo reveló en la investigación interna de Osakidetza -sin que se adoptaran medidas de ningún tipo- que en la especialidad en la que él era miembro del tribunal, Traumatología, los exámenes de los mejores candidatos eran “fotocopias” y que, además, coincidían con la plantilla de corrección que preparó el autor de la prueba. Asimismo, nada se conoce de la petición de una de las facultativas imputadas, María Reyes Vega, de impedir a este periódico la difusión de audios sobre el caso

En el Parlamento, a falta de una comisión de investigación -el PP no se sumó a la propuesta de Elkarrekin Podemos y EH Bildu-, se creó una ponencia que, a puerta cerrada, trabaja para mejorar el modelo de provisión de plazas para Osakidetza. Este foro se ha reunido ya en algunas ocasiones antes del verano y retomará sus trabajos este lunes con una doble comparecencia, la de Manuel Lezertua para exponer el informe del Ararteko y la del cardiólogo Ángel Loma Osorio, uno de los más beligerantes a la hora de denunciar el pucherazo no ya en esta OPE sino en todas las anteriores.

Dentro de las numerosas especialidades de las oposiciones del pasado año, la de Cardiología es una de las que más polvareda levantó, si bien por el momento ninguna persona ha sido imputada en el proceso final que dirige Zulueta. En la segunda prueba de esta categoría, la de casos clínicos prácticos, hubo tantos exámenes perfectos como plazas en juego, 22, y algunos de los opositores que había logrado puntuaciones altas en la parte teórica quedaron fuera. Antes de la celebración de los exámenes, el 19 de mayo de 2018, Loma Osorio, como vocal del tribunal, alertó de que se iban a producir filtraciones para beneficiar a opositores muy concretos, los colegas de hospital de sus compañeros de tribunal. Después de conocidas las notas, insistió en la denuncia. Pero Osakidetza hizo caso omiso y determinó que no había pruebas hasta que se vio forzada a abrir una investigación interna después de que saltaran a los medios de comunicación irregularidades en Anestesia o Angiología. 

Loma Osorio prestó declaración en la investigación interna que abrió Osakidetza -y que concluyó que no había pruebas de irregularidades- y habló con rotundidad durante más de 48 minutos. El declarante alertó de que las filtraciones son una práctica sistemática en la organización desde que se configuró el modelo autonómico después de la transferencia del Insalud. “Mucha gente asume que lo adecuado es que las plazas se den a aquéllos que sus jefes dicen que lo merecen”, afirmó. Y añadió: “No quiero acusar a nadie pero es un clima que existe y en el que he visto más o menos envuelto a mi pesar. He sido directivo de esta organización y he hecho algún intento bastante infructuoso para que fuera de otra manera”. 

Dijo también que en los hospitales vascos, es “vox populi” que para lograr una plaza tienes que ser uno de los elegidos por los padrinos que las reparten. Loma Osorio detalló cómo abandonó “más o menos amistosamente” una reunión con el resto de vocales del tribunal en la que estaban cerrando los preparativos de la OPE y que, al llegar a casa, recibió la llamada de otra colega del comité, Izaskun Obieta, del hospital Alfredo Espinosa y que había trabajado con él en Vitoria años atrás. Obieta le contó cómo el resto de colegas “manifestaron su disgusto” por que se negó a ser “partícipe” del plan preconcebido para dar las plazas a quien se las “merecía en justicia”, según su criterio. Además, le explicó que habían manifestado su deseo de seguir adelante: “Se comprometían entre todos para que los que tenían que sacar la plaza la sacaran”.

Obieta, por su parte, relató como anécdota un encuentro en Baleares con una colega de Osakidetza cuando ella era opositora. La cardióloga le felicitó por haber sacado buena nota a pesar de no haber sido beneficiaria de una filtración. “Para no tener el examen, lo has hecho muy bien”, cuenta Obieta que le dijo la doctora. Obieta hizo este comentario en 2018 y en 2019 esta excompañera, Nekane Murga, se convirtió en consejera de Salud tras la salida de Darpón por esta crisis. 

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