Unas 300 personas protestan en Valencia contra Marlaska por las devoluciones en caliente
Unas 300 personas se concentraron en la tarde de este viernes en la Plaça dels Pinazo de Valencia para manifestar su rechazo a las últimas devoluciones en caliente en la valla de Ceuta que ordenó el ministro socialista Grande-Marlaska hace dos semanas y que supusieron la expulsión de forma inmediata de 27 personas.
En torno a medio centenar de colectivos valencianos —entre ellos, Campaña CIEsNo, Pobresa Zero, Obrim Fronteres Valencia, València és refugi o SOS Racisme Pais València- se han sumado a la denuncia en la que Mauricio Pinto, de Valencia Acoge, ha leído el manifiesto; los asistentes se han puesto caretas blancas para protestar y también se ha realizado una cacerolada en diferentes momentos del acto. Asimismo, el comienzo del evento ha estado marcado por la música de David Calabuig.
Esta concentración, que también ha tenido lugar en otros puntos de la geografía española en los últimos días, pretende visibilizar la violación de derechos humanos que suponen las devoluciones de personas migrantes exprés practicadas en los últimos meses por el gobierno de Pedro Sánchez, “no solo por no respetar las garantías legales exigibles, sino también por suponer un paso más en la política de externalización de controles que tantos costes tiene en términos de estos derechos”, afirman en un comunicado.
Según el portavoz del acto David García de la Campaña CIEsNo “el nuevo gobierno no ha supuesto un cambio en las políticas migratorias que continúan siendo inhumanas en frontera”. Entiende que “se ha querido dar un carácter de legalidad a estas devoluciones en caliente en diferido, pero es una práctica condenada por el tribunal de Derechos Humanos”, recuerda, en alusión al fallo del Tribunal de Estrasburgo en octubre del año pasado por el cual sentenció que España violó el Convenio Europeo de Derechos Humanos de dos personas que fueron expulsadas mediante esta vía. “La externalización de fronteras es una práctica irresponsable contra la dignidad y la vida de las personas migrantes, teniendo en cuenta la violación sistemática de sus derechos en los países de salida”, concluye.
